
"Dejemos que suban", declaró Obama en la entrevista con la agencia Bloomberg en referencia a los impuestos para los más ricos.
"Y luego establezcamos un proceso con un tiempo seguro, a finales de 2013, donde trabajemos en reformas impositivas, busquemos qué lagunas y deducciones están dispuestos a cerrar demócratas y republicanos, y es posible que pudiéramos ser capaces de bajar las tasas al ampliar la base en ese punto", agregó.
A falta de un acuerdo antes del 2 de enero entrarán en vigor una serie de recortes en el gasto sumadas a un alza de los impuestos conocidos como "precipicio fiscal", que según expertos podría arrastrar a Estados Unidos nuevamente a la recesión.
Una delegación bipartidista de la Asociación Nacional de Gobernadores se reunió con Obama ayer y con líderes del Congreso que temen sobre sus propios presupuestos estatales, que se derivan en cerca de un 30% del dinero federal.
En una oferta por escrito presentada el lunes por el presidente de la Cámara de Representantes, John A. Boehner, y firmada por los líderes republicanos de la Cámara, los republicanos siguieron rechazando los aumentos de impuestos.
Sin embargo, afirman que considerarán u$s800.000 millones en incrementos de ingresos junto a recortes de gastos como parte de un acuerdo de reducción del déficit que apunta a evitar caer en el "abismo fiscal".
Esa cantidad, que Boehner aceptó informalmente durante negociaciones sobre el techo de deuda en 2011, no es suficiente para Obama, pero es demasiado alta para el senador Jim DeMint, de Carolina del Sur, y para varios otros conservadores que han construido su reputación política alrededor de una filosofía de impuestos bajos.
"El aumento tributario de u$s800.000 millones del presidente (de la Cámara) Boehner destruirá empleos estadounidenses y permitirá que políticos en Washington gasten incluso más", sostuvo De Mint en un comunicado emitido ayer. Las preocupaciones sobre el alza automática de impuestos y una reducción de gastos a partir del próximo año, a menos que el Congreso actúe, están afectando a la economía estadounidense.
El sector manufacturero se contrajo en noviembre y anotó su rendimiento más débil en tres años, mostró un sondeo el lunes. Las empresas que participaron en el sondeo afirmaron que las negociaciones sobre el presupuesto en Washington estaban pesando sobre el sector.
Fuente: Iprofesional